Uno de los principales desafíos en Biología es comprender la evolución de las adaptaciones complejas que permiten la realización de la asombrosa variedad de “estilos de vida”. Las interacciones depredador-presa son componentes importantes en las comunidades ecológicas, donde bajo la presión de la selección natural, los depredadores han desarrollado una variedad de adaptaciones conductuales, morfológicas y / o fisiológicas para detectar, atrapar, matar y digerir presas. Los ejemplos incluyen al lobo con sus habilidades de caza cooperante, el guepardo: el animal terrestre más rápido del mundo, El águila real con excelente vista que permite detectar incluso una pequeña presa desde la gran altura, o el ratón saltamontes Onychomys, cazando en ratas de algodón que son tres veces su peso. El comportamiento depredador es importante no solo desde la perspectiva ecológica y evolutiva, sino también desde la perspectiva biomédica. Es sorprendente que nuestro conocimiento sobre el mecanismo biológico que determina la agresión depredadora sea muy limitado, especialmente en comparación con el relativo al comportamiento agresivo dirigido por la especificación.