Tania Sabugal Torres es uno de los nombres que mas ha estado ligados a la lucha y la educación por los Derechos Humanos y en contra de la Violencia en nuestro país. Ha estado ligada al movimiento de Amnistía Internacional y cuenta con una Licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de las Américas y una Maestría en Docencia Universitaria por la Universidad Iberoamericana.
Recientemente en una visita muy rápida a Culiacán logramos hablar con ella de todos estos temas ya que impartió un taller en el Instituto Shalom. La impresión es de que a pesar de ser una mujer bastante preparada, con publicaciones, con experiencia en varios ámbitos nos encontramos con una persona jovial que no rehuye una conversación franca sobre temas que son difíciles y siempre es un placer conversar con personas, de cualquier sexo, que le dediquen su vida a los ideales. Esta es la entrevista que le realizamos:
Entrevistador – Bienvenida al Estado de Sinaloa, ¿es tu primera vez en el estado o ya lo conocías?
Tania – Asi es, es mi primera vez, no conocía Yo.
Entrevistador – ¿Y que habías escuchado de Sinaloa allá tan lejos en Puebla y Tlaxcala?
Tania – Bueno, que es precioso Culiacán, tengo familia aquí y claro, no es una visión imparcial pero me habían dicho que es muy bonito y lo que he conocido desde mi llegada me lo ha parecido así. Muy limpia.
Entrevistador – Trabajamos mucho por mantenerla así. Pensé que ibas a abordar otros temas. Que son normalmente los que comentan las personas que vienen de fuera, que es lo que se lee en los periódicos, pero tal vez los abordaremos mas tarde. Pero bueno, bienvenida a la ciudad. Y coméntanos, como fue tu acercamiento a los Derechos Humanos y la Violencia. ¿Fue fortuito o o es un interés que ya lo traías de niña?
Tania – De niña tuve una maestra de Civismo que me ofrecía mucha conciencia social, y ella nos encargó ver una película que se llama Desaparecido y entonces fui a ver la película como tarea. Me impactó el tema y a la salida un grupo de Amnistía Internacional estaba repartiendo folletos me regalaron uno, lo leí y me interesó y lo guardé. Pasaron dos años y seguía muy al pendiente de este tipo de noticias como violación de los Derechos Humanos, de la falta de solidaridad en la gente, me seguía llamando la atención pero hasta ahí. A los 17 años como que caí en la duda existencial de ¿para que era mi vida? Me acordé del folleto que aun guardaba, asi que lo leí y dije: puedo integrarme a un grupo, solo había que tener ganas de querer hacer algo, fui coordinadora de un grupo allá en Puebla. Lo coordiné como por unos 4 o 5 años haciendo una labor activista montando exposiciones en Casas de Cultura sobre los derechos de los niños y realmente me comprometía por gusto ya que no era remunerada ni nada pero como estaba joven tenía mucho tiempo para hacerlo. Un poco de temor de parte de mis papás, pero me apoyaron y después me empecé a capacitar en Amnistía Internacional en el tema de Educación de los Derechos Humanos que tenían un departamento de Educación y Capacitación muy fuerte con personas de Bélgica. Fui a la capital empecé a dar cursos, estaba ya estudiando la universidad y cuando la terminé mi tesis fue una serie educativa radiofónica en Derechos Humanos en 1995. Cuando en México tenía mucha fuerza el movimiento de Amnistía Internacional. Y aunque aun continua su labor educativa en ese entonces fue cuando surgió verdaderamente y teníamos una red muy grande en León, en Aguascalientes, venían personas de España a dar seminarios de “Educación para la Paz”, autores muy importantes de libros de Derechos Humanos y en eso crecí. Al terminar la universidad fui a proponer mi programa infantil a varias radiodifusoras y al grupo mas fuerte en Puebla le gustó la serie por lo que comencé a hacerla a través de la radio y fue entonces que necesité recursos para producción. ¿que les decía Yo a mis actores? Asi que buscando patrocinios le interesó la serie a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla asi que fueron ellos los patrocinadores y después me llamaban para talleres y posteriormente se dieron cuenta que les convenía mas contratarme asi que entré a trabajar ahi e inventamos, porque no existía, una comisión y comenzamos a hablar de la cultura de paz y no violencia y no se trataba de defender casos concretos sino a lo preventivo, a educar, ya que se pensaba que Derechos Humanos era cuestión de abogados, jurídico, no de educación. Asi que con esta visión de Amnistía Internacional que Yo traía comenzamos a meternos a las escuelas, a hablarles a los niños y niñas desde preescolar de sus derechos, con madres y padres de familia, hicimos cursos con los maestros, nos empezamos a meter de lleno a trabajar con la Secretaría de Educación Pública de Puebla, pues ahi estuve seis años haciendo esta labor educativa y diseñando materiales ya concretos tratando temas de la mujer, cuestión de género, el tema de la educación para la paz que es toda una corriente pedagógica y aun cuando me salí de la Comisión la serie continuó ya por fuera y la capacitación a diferentes entidades como la Procuraduría General de Justicia del Estado de Puebla que ha solicitado cursos.
Entrevistador – La violencia es atávica y ya viene en el hombre. ¿Se puede prevenir o innocular al mismo para evitarla?
Tania – De hecho Yo creo que una idea equivocada es pensar que somos violentos por naturaleza. Tenemos lo que llamamos la agresividad, que es la fuerza vital que nos ayuda dia a dia a enfentarnos a los problemas, a superar obstáculos, a ser combativos y demás, pero esta agresividad se puede encauzar de forma negativa o positiva de acuerdo a nuestra educación, procesos, nuestra historia, nuestro aprendizaje, entonces podemos volvernos muy creativos y resolver los problemas en forma no violenta o podemos irnos por el lado de la violencia. Si se puede combatir porque la violencia es cultural, señales aprendidas por lo tanto puede ser prendida la forma no violenta de resolver los conflictos.
En el 86 me parece, no mas bien, a principios de los noventas, un grupo de científicos de diferentes áreas, Neurociencias, Antropología, Psicología, etc. Incluso Premios Nobel de la Paz y Premios Nobel de Ciencias se reunieron y redactaron el Manifiesto de Sevilla y en este manifiesto lo que Ellos plantean es que científicamente es incorrecto decir que los seres humanos somos violentos, que esto es aprendido, que si esto fuera inevitable no existiría la raza humana y no existirían ejemplos como el de Gandhi, el de Luther King, Jr., otros ejemplos…
Entrevistador – ¿Entonces es genético?
Tania – No es genético, es aprendido, no habría estos ejemplos que tenemos…es lo que siempre Yo les comento: si alguien me ofende Yo tengo la opción de responderle con un golpe, de ignorarlo, de salirme, de sonreírle, Yo tengo esa opción. Si fuera genético a fuerzas le contestaría con un golpe, pero tenemos opciones, ahora claro, la sociedad individualista, competitiva y difícil que tenemos nos orilla muchas veces, a actuar con violencia.
Entrevistador – ¿Y el clima del “Lejano Oeste” que se vive actualmente en México lleva a mas violencia? ¿De que te tienes que defender de la violencia que te rodea?
Tania – Si, si porque además se pueden identificar dos clases de violencia: la violencia “directa” que es la que vemos fácil: los atentados, las desapariciones, tortura, golpes, evidente, pero hay otra violencia que es la violencia “estructural” que es la que está entramada en el sistema social y que provoca la violencia “directa”. La violencia “estructural” es la pobreza, el reparto inequitativo de los recursos, la discriminación, la exclusión, la marginación- Todo eso es violencia y obviamente eso genera la violencia “directa” lo que vemos palpable, pero si no resolvemos el problema de la pobreza, de la discriminación, del sexismo, del racismo, todo esto, no se puede resolver nuestro problema.
Entrevistador – ¿Estas hablando de atentar contra el Capitalismo que es el sistema que nos rige para poder atacar el problema de la violencia?
Tania – Pues mira, Yo no diría el Capitalismo pues tampoco el Socialismo fue la solución. Yo no diría que el Capitalismo es lo negativo sino el reparto inequitativo, porque el Capitalismo plantea que el que trabaja mas fuerte va a ganar mas y no es cierto, ya no está ocurriendo eso. Por eso es que hablo mucho de crear una “Cultura de Paz” porque en esta “Cultura de Paz” es cuando se trabaja la solidaridad, la cooperación, cuando Yo digo, Yo quiero alcanzar mis metas personales y
sobresalir Yo, pero, sin pegarle “al de junto” que es lo que siempre hacemos. Para avanzar uno pasa por encima de todos a nuestro alrededor. Y cuando nos damos cuenta que podemos avanzar de la mano de otros y ayudandonos de otros ya la cosa cambia. Se trata de crear esta Cultura de paz, de solidaridad, de cooperación, de igualdad, de respeto a los Derechos Humanos y que no está peleado con que uno sobresalga o de que uno tenga lo que requiere para vivir mejor.
Entrevistador – ¿Vienes a Culiacán a dar un taller o curso en el Instituto Shalom o cual es la razón de la visita?
Tania – Si vamos a impartir la materia que es “Fundamentos Teóricos III” de la Maestría que el contenido tiene que ver básicamente con la violencia y sobre todo la violencia familiar que se fundamenta en la violencia de género y asi que vamos a estar platicando estos temas, lo que es la violencia, la paz, dentro de la familia que es ahi donde comienza la desintegración social que vivimos y que está fundamentada, como te señalaba, en la violencia de género que esa sería como la violencia “estructural” que ahi está en el fondo y nos parece tan natural, tan habitual que ya no la identificamos como violencia sino que se nos hace normal.
Entrevistador – Bueno ¿y la sociedad sinaloense será fundamentalmente distinta a la sociedad de otros estados como el de Puebla?
Tania – Bueno, no conozco todavía mucho sobre Sinaloa pero tengo la impresión de que somos iguales, que tenemos la misma cultura de machismo, de homofobia, claro que hay lugares donde se conserva mas que en otros y Yo supongo que es similar el problema que tenemos.
Entrevistador – Pues muchas gracias por la entrevista y muchas gracias por venir a este estado tan necesitado de lo que puedas aportar al proceso de paz.