El mercado laboral presenta una tendencia interesante desde el punto de vista empresarial. Desde el año pasado, hemos observado la búsqueda por el talento más especializado y también sabemos que las organizaciones están buscando candidatos con habilidades sociales desarrolladas.
Hay dos necesidades fundamentales en materia de personal: el grado de especialidad y las competencias.
Lo primero no sorprende, ya que en las industrias más prósperas del país -como la petroquímica, automotriz y aeronáutica-cada día se incrementan las oportunidades de empleo para talentos en áreas sumamente específicas. Quienes llegan a ocupar tales posiciones suelen recibir buenos salarios, además de contar con planes de carrera que permiten el crecimiento profesional a corto plazo.
Por otra parte, el privilegio que las empresas están otorgando a las competencias nos obliga a pensar en la necesidad de comunicar tal exigencia a los universitarios. Esto porque aún algunos de ellos siguen optando por las carreras tradicionales, a pesar de saber que la competencia por empleo en esa área es verdaderamente ríspida.
Desafortunadamente, muchos universitarios desconocen las ventajas profesionales que conlleva estudiar una carrera nueva -las llamadas “del futuro”, tales como las medioambientales- y mucho menos saben de las bondades de una especialización.
Las universidades y las empresas mexicanas tendrían que vincularse para convertirse en trampolines de talento. Es decir, que la universidad los preparara en los temas de especialización y competencias, para que la empresa les diera la oportunidad de aplicar tales cualidades.
Desde mi punto de vista, lo que se requiere es vincular las necesidades de las organizaciones con el mundo académico. Es una tarea que algunas instituciones han empezado a desarrollar, pero se antoja como responsabilidad también para las autoridades. Si la legislación facilitara y fomentara estos espacios de vinculación, sería más sencillo que el talento mexicano encontrara el lugar que le corresponde.
Un dato final. En el estudio lanzado por Adecco México en 2012 con el título “¿Dónde está el talento mexicano?”, se concluyó que tres de cada cuatro empresas tienen problemas para cubrir puestos en mandos gerenciales y directivos. Este fenómeno deriva del hecho de que los empresarios consideren que el talento especializado es una variable importante en la competitividad de las organizaciones.
Por lo tanto, la fórmula para convertirse en un candidato destacado actualmente consiste en conjuntar la especialidad del conocimiento técnico con el desarrollo de las competencias. ¿Cree usted que nuestros universitarios lo sepan?