El avance hacia un futuro sostenible con cero carbono requiere la electrificación de todas las formas de transporte. Un desafío común que obstaculiza este movimiento es la penalización de peso debido a las baterías eléctricas que son prohibitivamente severas para el transporte aéreo, mientras que es considerable para los automóviles y otros vehículos de carretera. La solución a este desafío radica en el desarrollo de nuevos materiales compuestos multifuncionales que permitan el almacenamiento masivo de energía. En términos simples, la estructura mecánica, como alas, paneles de carrocería de fuselaje o interiores de aeronaves y automóviles, hecha de estos materiales, almacenará simultáneamente energía y proporcionará propiedades mecánicas de carga y resistencia a los impactos. Por lo tanto, eliminar la necesidad de tener baterías de almacenamiento eléctrico separadas y reducir significativamente la masa de estos vehículos.