La vida laboral no se divide en semestres y no hay largos veranos para vacacionar. Una vez que termines la carrera, no estará el profesor que te perdone las faltas a clases o te hable con ternura. En el mercado laboral, los errores no se pagan con calificación sino con dinero y sacar un 100 no es la gloria, sino lo mínimo que se espera de ti.
Un error importante de los egresados y de la gente con años de trayectoria es ir de un trabajo a otro trabajo en la inercia, sin un plan hacía dónde dirigirse, junto con su lista de ventajas y desventajas personales y profesionales. “Tendemos a creer que si estudias una cosa a eso te dedicarás, la realidad suele ser lo apuesto”, afirma, Juan Valles, Socio y Head Hunter de la firma de reclutamiento Korn /Ferry International.
Esta afirmación coincide con una encuesta elaborada por el portal OCCMundial.com. De un universo superior a 750 usuarios entrevistados, el 70% estaría dispuesto a cambiar de área de trabajo para ser contratado o tener un mejor empleo. El 55.5% se desempeña en otra especialidad debido a la escasez de oportunidades. En el sondeo sobresale otra cifra interesante: 34% reconoció haber hecho un giro profesional por falta de planeación de su trayectoria laboral.
En términos de trabajo hay una regla de oro: puedes estar en diferentes industrias, pero todos los empleos se resumen en transacciones, en resolver problemas relacionados con clientes, es decir, trato con personas. Independiente a la carrera cursada hay que autoconocerse y saber en qué eres diferente a los demás para ofertar esa ventaja, dijo Juan Valles durante un evento organizado por la Universidad del Valle de México.
Al terminar la universidad, agrega, todos quieren ser jefes y ganar dinero. El asunto es que la trayectoria profesional es como una carrera deportiva, de 42 kilómetros; si te gradúas a los 23 y el retiro es a los 65, necesitas correr un maratón de 42 años en el que trazas tu ruta con decisiones laborales y, buenas o malas, debes enfrentar sus consecuencias.
En la vida profesional no se premia la velocidad, sino la calidad. “No se trata de tener éxito un ratito, la pregunta es cómo mantenerme los siguientes 42 años, en contra de todos los demás que son igual que tú y quieren dejar huella en lo que hacen”, menciona Valles, especialista en reclutamiento de ejecutivos para posiciones senior en manufactura, automotriz e industria aeroespacial.
Las 3 ‘reglas de oro’
Una encuesta realizada por la firma Randstad refiere que 7 de cada 10 mexicanos están en búsqueda de un nuevo empleo. Esto, además de responder a la necesidad de un crecimiento profesional puede estar relacionado con la crisis laboral de los últimos años que orilló a tomar trabajos que no cubren las expectativas laborales, cita el informe.
“Toda la gente quiere desarrollarse, ocupar un lugar en el organigrama y hay quienes realizan lo mismo que tú cobrando menos”, puntualiza Juan Valles ¿Cómo hacer para destacar en un campo tan reñido y ser un profesional exitoso? El especialista en el área de operaciones, ventas y mercadotecnia en compañías del sector industrial propone los siguientes puntos:
1. Define ¿dónde estás parado? Si vas a recorrer 42 años de vida profesional, asegúrate de identificar dos o tres aspectos que te distingan. Valles cita este ejemplo: “de una lista de 100 cosas, la gente hace 68 igual, hay que pensar en las 14 que puedes hacer mejor y te destaquen”.
Para definir tus ventajas y desventajas empieza por preguntar a quienes te conocen y ha seguido tu trayectoria. Otro punto importante es saber ¿hacía donde quieres llegar? La gente exitosa tiene un mapa y hace un plan de acuerdo a eso. No se cambia de trabajo por unos pesos extras, sino porque ese proyecto encaja con los objetivos a futuro. Si vas de un empleo a otro por dinero o porque la nueva empresa está más divertida no llegarás a ningún lado. “Ten una brújula, no dejes que el río te lleve a dónde éste quiera”, aconsejó el Socio de Korn /Ferry International.
2. Paga su precio y aprende. El éxito implica tener una hora menos de comer o de dormir, ejemplifica Valles. Nada cae del cielo, hay que esforzarse y estar dispuesto a entrar al juego de las transacciones, es decir, intercambiar, aprender de otras personas.
Los despidos no se dan, en la mayoría de los casos, porque a la persona le falte un conocimiento, el 90% de las veces el profesional sale de una empresa porque no se entendió con el jefe o los subordinados. ¿Comprendes? El trabajo es asunto de personas, no de ser el sabelotodo.
Desafortunadamente, explica Valles, en la escuela suelen entrenar a los jóvenes en la idea que todo es individual. En el mundo laboral es lo contrario, aunque tú creas que hagas bien tu trabajo, si el jefe tiene la percepción contraria “ya valiste”.
3. Ten propósitos trascendentales. “No es lo mismo decir ‘me dedico a vender dulces’ a: yo hago más feliz la vida de los niños. Cual sea tu actividad desempéñate siempre pensando en lo relevante que resulta y con base en ello define metas. Si identificas el impacto de tu actividad en otras personas serás más estricto y profesional en tu labor.